Crianza consciente y revolución
- Junio Gulinelli
- 6 nov
- 2 Min. de lectura
“El futuro no son los niños, sino los adultos con los que están los niños”. Con esta frase Humberto Maturana, filósofo y biólogo Chileno, resumía la crianza consciente.

Rebeca Wild en su libro “Libertad y Limites, Amor y Respecto”, dedica el primer capítulo a la importancia del cuidado del ambiente, explicando lo que los niños necesitan de nosotros. Los niños nos necesitan primero de todo a nosotros. Los adultos somos, primero de todo, el ambiente dentro del cual estas pequeñas personas, en cuanto organismos vivientes, se desarrollan.
Un entorno "preparado"
La filóloga y pedagoga alemana habla del ambiente en términos de “entorno preparado”. Un entorno hecho de límites tan claros, definidos y coherentes, como amorosos y respetuosos. Nada más necesitan las criaturas para desarrollarse. O sea, sacar sus recursos internos para producirse y mantenerse a sí mismos, para decirlo con los términos de Maturana; para permitirle su autopoiesis, o sea su autogeneración, su desarrollo. Entonces en cuanto padres, madres, referentes y miembros de la sociedad dentro de la cual se desarrollan los niños, tenemos que estar preparados. Porque somos el ambiente.
Crianza consciente: un acto revolucionario
¿Qué significa estar preparados? Para mí prepararse implica el compromiso a revisarse, a emprender un proceso de autodescubrimiento, cuestionarse, actualizarse, estar disponibles. Y, obviamente, volver a nuestra propia infancia, a tocar nuestra propia vulnerabilidad y fragilidad. Prepararse a ser este entorno amoroso y respetuoso, a dejar emerger al otro (el amor según Humberto Maturana), creo que representa el acto más revolucionario que podamos emprender. Porque el futuro depende de cómo es ahora este sistema, sociedad, cultura dentro del cual se están formando los niños y las niñas.
Crianza consciente y autodescubrimiento
Cada vez más estoy convencido que la crianza no puede ir separada de un proceso de auto descubrimiento, un proceso de consciencia de los individuos que creamos esta sociedad, que seamos padres, madres, o no. En la crianza debemos hablar más de nosotros y cuestionarnos, los adultos me refiero... porque las niñas y los niños son organismos perfectamente capaces de autodesarrollarse, si el entorno, nosotros, le brinda todo lo necesario para hacerlo. Nos equivocamos pensando que el ambiente y los individuos son algo separado: “la noción de sujeto-en-proceso no toma sentido más que en sus relaciones desarrolladas en el interior de un eco-sistema”, dice Humberto Maturana.
Nada más equivocado pensar que solo existimos, sino que co-existimos. Nada más equivocado creer que nosotros sepamos y los niños no sepan... y sobre todo creer que podemos criar sin ser conscientes.



Comentarios